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Mantener niveles óptimos de testosterona: Pequeños cambios en el estilo de vida

Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de la testosterona, la "hormona masculina", para la función sexual masculina y la síntesis muscular. Está profundamente relacionada con la producción cerebral de dopamina, la salud mental, el funcionamiento cognitivo y la salud cardiaca. Resulta alarmante que los niveles globales de testosterona en los hombres hayan entrado en un estado de descenso constante. Desde la década de 1980, los niveles de testosterona en los hombres han experimentado un descenso medio de 1% al año.

Los hombres de hoy tienen niveles de testosterona aproximadamente 20% más bajos que los hombres de la misma edad de hace una generación. En general, somos más frágiles, tenemos más sobrepeso, menos musculatura, somos más sedentarios, menos fértiles y gozamos de peor salud que nuestros antepasados. Sin embargo, a medida que somos más conscientes de la importancia de la testosterona, han surgido varias modificaciones de estilo de vida de eficacia probada que pueden aumentar sus niveles de testosterona, de las que hablaremos hoy.

Acerca de la testosterona

La mayor parte de la testosterona se sintetiza en las gónadas, mientras que una pequeña parte es producida por las glándulas suprarrenales. La testosterona desempeña principalmente tres funciones clave en nuestro organismo:
1. La testosterona circula por el torrente sanguíneo en forma de "testosterona libre", contribuyendo a la definición y el contorno de nuestra forma física.
2. Ciertas proteínas como la albúmina y la globulina fijadora de hormonas sexuales (SHBG) se unen a la testosterona.
3. La aromatasa, una enzima, transforma la testosterona en estrógeno.

El objetivo último de este mecanismo es enriquecer los niveles de testosterona libre. En consecuencia, ¿en qué aspectos debemos centrarnos para lograr este objetivo?

¿Cómo aumentar los niveles de testosterona?

Aumentar los niveles de testosterona implica principalmente realizar ciertas modificaciones en el estilo de vida, como cambios en la dieta, rutinas de ejercicio, patrones de sueño, control del estrés y, potencialmente, la administración de suplementos. He aquí algunos puntos clave:

1. Consumo adecuado de colesterol, grasas y calorías

Para mantener la salud hormonal, el colesterol es crucial. En ausencia de suficiente colesterol, grasas saludables y una ingesta calórica abundante, los niveles de testosterona tienden a caer en picado. Las investigaciones han demostrado que consumir diariamente entre 0,8 y 1 gramo de grasa por kilogramo de peso corporal es un enfoque sensato para mantener unos niveles hormonales óptimos, teniendo en cuenta además el tipo y la calidad de las grasas consumidas. Los ácidos grasos omega-3 desempeñan un papel importante en la estabilización de los niveles hormonales, la aceleración del metabolismo celular y la mejora de las funciones sexuales. Por el contrario, los ácidos grasos Omega-6 y las grasas trans tienden a influir negativamente en los niveles de testosterona.

La pérdida de grasa corporal puede mejorar los niveles hormonales con el tiempo, pero seguir una dieta extrema (gran déficit calórico, bajo consumo de grasas) durante periodos prolongados puede provocar graves reducciones de los niveles de testosterona. Por lo tanto, propongo tres recomendaciones en cuanto al consumo de grasas:

- Dé prioridad a la calidad de las grasas. Intente limitar el consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares, y erradicar las grasas trans.

- Aumentar la proporción de ingesta de Omega-3 a través de alimentos de alta calidad como el pescado y la carne, o mediante suplementos nutricionales.

- Alrededor de 20% de la ingesta calórica diaria debe proceder de las grasas, proporcionando así el combustible adecuado para la secreción hormonal.

2. Priorizar la calidad y la duración del sueño

La mayor parte de la producción de testosterona tiene lugar por la noche, lo que vincula directamente la calidad de su sueño con sus niveles de testosterona. Si no consigues un descanso de calidad, es probable que tus niveles de testosterona estén en peligro.

Dormir bien no sólo disminuye la respuesta inflamatoria del organismo, sino que también reduce la producción de cortisol. Esto, a su vez, reduce los niveles de globulina fijadora de hormonas sexuales (SHBG), lo que conduce a un aumento natural de la testosterona libre.

Entonces, ¿qué constituye un sueño "adecuado"? En un experimento de investigación, los participantes empezaron durmiendo diez horas diarias, que se redujeron a cinco en la última semana. El estudio arrojó resultados notables: los niveles de testosterona descendieron un significativo 10-15% en tan sólo una semana de privación de sueño.

La edad también es un factor determinante de los niveles de testosterona. Después de los 30 años, los niveles de testosterona disminuyen de forma natural a un ritmo de 1-2% anuales. Si la calidad del sueño es mala de forma sistemática, este descenso puede ser mucho más grave.

Otro peligro discreto relacionado con el sueño es el "síndrome de apnea del sueño", asociado a los ronquidos. Aproximadamente una de cada 15 personas padece apnea del sueño, y 80% de estos casos no reciben la atención necesaria. La apnea del sueño se caracteriza por incidentes repetidos de colapso y obstrucción de las vías respiratorias superiores durante el sueño (que provocan ronquidos sustanciales, cese de la respiración durante ciertos periodos, seguido de ronquidos explosivos), y supone un serio obstáculo para la calidad del sueño. Estudios recientes han indicado la existencia de fuertes vínculos entre el síndrome de apnea, la muerte súbita cardiaca y el ictus.

Los principales factores que contribuyen al síndrome de la apnea del sueño son los hábitos respiratorios inadecuados, la obesidad y el perímetro excesivo del cuello. ¿Pero cómo se relaciona esto con los niveles de testosterona? Un sueño adecuado es esencial para mantener unos niveles ideales de testosterona. Si su sueño se interrumpe con frecuencia, alcanzar la fase de sueño profundo necesaria para la mejor síntesis de testosterona se hace difícil.

Considere la posibilidad de explorar recursos como las tiras antirronquidos o las tiras nasales para mejorar su respiración nocturna y mejorar así la calidad de su sueño.

3. Priorizar la exposición al sol y considerar la suplementación con vitamina D

Tomar el sol desempeña una serie de funciones saludables, como ayudar a alinear los ritmos circadianos, mejorar la calidad del sueño y potenciar la producción de dopamina. La dopamina, más que un simple neurotransmisor que eleva el estado de ánimo, envía señales directas a los testículos para que aumenten la producción de testosterona.

La exposición al sol también aumenta los niveles de vitamina D en el organismo, un nutriente que además puede suplementarse si es necesario. La investigación señala que los hombres con niveles de vitamina D en el percentil 20% más bajo tenían concentraciones más bajas de testosterona en comparación con los hombres con niveles de vitamina D en el 20% superior. Por lo tanto, optimizar los niveles de vitamina D puede ser un paso importante para mejorar de forma natural la producción de testosterona.

4. Aprovecha el poder de la victoria para aumentar la testosterona

La investigación científica ha demostrado que en determinados deportes de competición, los niveles de testosterona del vencedor tienden a aumentar en los partidos posteriores, mientras que los niveles de los que pierden probablemente disminuyan de forma significativa. Una competición sana puede estimular la producción de testosterona, incitándole a esforzarse más y, en consecuencia, a aumentar sus niveles de testosterona.

En el ámbito de la forma física, nuestro mayor oponente solemos ser nosotros mismos, más que los demás. No obstante, se aplica el mismo principio: debes esforzarte continuamente y experimentar una sensación de logro para promover un ciclo hormonal positivo. Esto implica la necesidad de un plan de entrenamiento cuidadosamente diseñado. En lugar de precipitarse y llegar a un punto de estancamiento que puede provocar frustración, intente progresar lenta pero firmemente con la consecución continua de pequeños objetivos. Recuerde que no debe permitir que la incapacidad para alcanzar determinados objetivos ensombrezca su progreso y se convierta en una fuente de estrés continuo.

5. Optimice sus rutinas de entrenamiento

El entrenamiento de resistencia es famoso por su capacidad para aumentar los niveles de testosterona. Sin embargo, este proceso no consiste simplemente en un esfuerzo implacable. Entrenar con pesos moderados (70-90% de la repetición máxima individual) y evitar el fracaso constante puede maximizar la producción de testosterona. Por el contrario, entrenar de forma persistente con pesos excesivamente pesados o encontrarse con fallos frecuentes podría imponer un estrés indebido, lo que podría suprimir la producción de testosterona.

La investigación ha indicado que a medida que la duración del entrenamiento supera la hora, los niveles de cortisol aumentan gradualmente, mientras que los de testosterona disminuyen en la misma proporción. De ahí la necesidad de sesiones breves y eficaces en lugar de prolongadas.

Además, un entrenamiento de resistencia continuo y prolongado puede aumentar los niveles de cortisol y disminuir las concentraciones de testosterona. Para mejorar los niveles de testosterona de forma más eficaz, sería beneficioso dar prioridad al entrenamiento de fuerza sobre las actividades cardiovasculares, manteniendo al mismo tiempo sesiones de cardio concisas. Alternativamente, separar los entrenamientos de fuerza y cardio podría mitigar el posible impacto adverso del cardio en los niveles de testosterona.

6. Selección y suplementación prudentes de minerales esenciales

Las mezclas de magnesio y zinc muestran con frecuencia resultados beneficiosos. La carencia de magnesio ocupa el segundo lugar, justo después de la vitamina D, entre los déficits nutricionales más frecuentes en las culturas occidentales. El magnesio, que desempeña un papel vital en más de 300 reacciones químicas de nuestro organismo, desempeña un papel clave en funciones como la regulación del sueño, la recuperación y la gestión del estrés, que repercuten directamente en los niveles de testosterona.

El zinc, por su parte, es el principal responsable de optimizar la funcionalidad testicular, promover la salud reproductiva y reforzar la función inmunitaria. Dada la dificultad de obtener cantidades suficientes de zinc y magnesio a través de nuestra dieta diaria, los suplementos que combinan estos dos minerales se han convertido en complementos muy valiosos para nuestro régimen nutricional.

En cuanto a la creatina, el veredicto sobre su influencia directa en los niveles de testosterona sigue siendo objeto de debate. No obstante, se ha demostrado que la creatina mejora el rendimiento de fuerza, genera masa muscular y aumenta la función mitocondrial, entre otros beneficios. Estos atributos son especialmente importantes para las personas que sufren hipogonadismo (niveles bajos de testosterona), por lo que la creatina es un valioso complemento para su arsenal de suplementos.

7. Mantener una vida sexual equilibrada

Mantener una vida sexual óptima está íntimamente ligado a los niveles de testosterona, una hormona que desempeña un papel clave en la libido y la funcionalidad sexual tanto en hombres como en mujeres.

Las investigaciones apuntan a una correlación significativa entre la actividad sexual regular y el aumento de los niveles de testosterona. Un estudio observó un aumento de los niveles de testosterona en hombres que se abstuvieron de mantener relaciones sexuales durante tres semanas pero experimentaron un orgasmo. Esto pone de relieve el papel del clímax sexual en la liberación de testosterona y otras hormonas sexuales.

Aunque la actividad sexual regular puede aumentar los niveles de testosterona, esto no significa que los encuentros sexuales constantes o excesivos conduzcan a una tendencia ascendente continua de la testosterona, contrariamente a lo que podría pensarse intuitivamente. De hecho, el exceso puede ser contraproducente. Se ha sugerido que una actividad sexual excesivamente frecuente puede inducir fatiga o estrés, provocando un descenso del bienestar fisiológico general y, en consecuencia, de los niveles de testosterona.

Además, el aspecto psicológico de la actividad sexual puede influir en los niveles de testosterona. La satisfacción y la felicidad derivadas de una relación sexual sana y consentida pueden ayudar a reducir el estrés. La disminución de los niveles de estrés se ha asociado a una mayor producción de testosterona, lo que representa otra forma en la que una vida sexual equilibrada podría aumentar los niveles de testosterona.

Por lo tanto, fomentar un enfoque equilibrado de la actividad sexual -que reconozca la importancia de la moderación, la satisfacción y el bienestar- es fundamental para aprovechar sus beneficios potenciales sobre los niveles de testosterona y la salud hormonal en general.

Conclusión

Mantener unos niveles óptimos de testosterona a lo largo de la vida es una tarea polifacética que requiere un enfoque integral y equilibrado del estilo de vida. Esto implica adoptar una dieta nutritiva, hacer ejercicio regular y variado, descansar lo suficiente, controlar el estrés, evitar el abuso de sustancias y mantener una vida sexual equilibrada. Además, las modificaciones beneficiosas del estilo de vida, como una exposición al sol razonable, suficiente vitamina D, oligoelementos esenciales, una motivación impulsada por los logros y estrategias de entrenamiento inteligentes, también desempeñan un papel notable.

 

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